viernes, 24 de octubre de 2008

De fiesta con OBK

Jordi y Miguel, más conocidos como OBK, fueron los encargados de llenar anoche la Sala Bikini y convertir el 23-O en una fecha más para recordar.

La sala estaba a rebosar, no cabía ni un alfiler. A las 20.30 se encienden las luces, parece que esto va a comenzar. Pero aparece una chica en el escenario acompañada de tres chicos más. Ellos son Lorena C, los teloneros. Durante media hora nos tuvieron entretenidos con una serie de canciones de letra cutre y estribillo repetitivo. Por no hablar de la desafinada voz de la cantante y de sus gritos ensordecedores. Creo que más de uno se alegró cuando se marcharon del escenario.

Son las 21.20, de repente todo se vuelve oscuro y empieza a sonar un helicóptero. Ya suenan los primeros acordes de música electrónica y es cuando aparece Miguel en el escenario. La gente aplaude, grita y salta. Queremos que empiece, queremos escuchar a OBK. Y sí, segundos después aparece Jordi con chupa de cuero incluída. Bienvenidos una vez más, al mejor concierto de vuestras vidas, dice Jordi. ¡Y qué razón tenía! Abren este magnífico concierto con la canción que da título a su undécimo disco, Ultimatum.


Siguen el espectáculo con Yo no me escondo, primer single de su nuevo trabajo. La gente no deja de bailar y de aplaudir. Se nota que teníamos ganas de OBK. Durante todo el concierto, alternan canciones de hoy y de ayer. Hay momentos muy emotivos, con canciones como Falsa moral o Amar siempre es sufrir.



Pero cabe decir que no fue un concierto, sino una fiesta. Temas como: El cielo no entiende, Baila para mí, Tú sigue así o Lucifer fueron los encargados de que la Sala Bikini no dejase de bailar, cantar y aplaudir durante la hora y media que duró el show.

Jordi estuvo entregadísimo. No dejaba de bailar (que por cierto, no lo hace nada mal) y animar al público. Jóvenes y no tan jóvenes dejamos nuestra diferencia de edad a un lado para envolvernos por la música de este grupo de pop electrónico. Todos nos emocionamos cuando Jordi cantó la canción dedicada a su hermano, Aunque duermas junto a mí y todos retrocedimos atrás en el tiempo cuando sonó esta particular Historia de amor.

He ido a muchos conciertos, pero jamás había visto a un público tan unido y entregado como el de anoche. Éramos una gran familia que habíamos asistido a una gran fiesta en la que Jordi y Miguel eran los encargados de poner la música. Sin duda alguna, larga vida a OBK, uno de los grandes de la música pop española.

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